Imagina ir a una clase que se especializa en tu ejercicio favorito, o combina un par de ejercicios que te encantan en uno solo. Estás rodeado de personas enérgicas en un ambiente social donde la gente te conoce.
El espacio en sí es atractivo y exclusivo. La clase está dirigida por un instructor increíble. Están tocando música motivadora y, durante una hora, te llevan al límite en una combinación única de diversión, intensidad y trabajo en equipo. Un modelo de negocio que tomaba cuota de mercado agresivamente ahora está en la cuerda floja. Pero primero, conozcamos un poco más sobre los gimnasios boutique.
¿Qué y cómo funciona los gimnasios boutique?
La revolución deportiva parecía no tener fin, y surgió un nuevo concepto dirigido a los verdaderos fanáticos del fitness, que además, buscaban una mayor tranquilidad y odiaban tener que esperar para usar una máquina. ¿La solución? ¡El negocio de los gimnasios boutique!
Un gimnasio boutique generalmente se considera un pequeño gimnasio que se enfoca en el ejercicio grupal, y se especializa en una o dos áreas de ejercicio. Uno de los aspectos más notables de las boutiques es su precio premium. Los gimnasio boutiques redefinieron la industria, impulsando gran parte del crecimiento de la membresía en la última década. Se adaptaron a las preferencias únicas de los millennials y las generaciones más jóvenes que buscaban experiencias más especializadas, un sentido de comunidad y una participación flexible.
Destacando su rápida expansión, la organización IHRSA señala que las membresías de los gimnasios boutique se expandieron un 74% de 2010 a 2019, en comparación con el 5% de los demás tipos de gimnasios y centros de entrenamiento.
Aunque ninguna fecha definitiva marca el nacimiento de los gimnasios boutique, se fundaron varias marcas a principios de la década de 2000, crecieron agresivamente y atrajeron a una multitud de nuevos participantes en los últimos diez años. Nacieron boutiques pioneras especializadas en entrenamientos y ejercicios particulares, creando comunidades y culturas distintas. Pero las cosas cambiaron…
Veamos como era la realidad antes de la crisis del coronoavirus. El negocio de los gimnasios boutique tiene varias particularidades, o tenían, de igual manera no son baratos ni para el cliente o el dueño. Requieren un personal comprometido y entusiasmado en una proporción mucho mayor de entrenadores a clientes que un gimnasio tradicional. Según una encuesta realizada por Les Milles y Nielsen, el 63% de las personas asisten a gimnasios boutique por el sentido de comunidad, mientras que el 47% de las personas participan debido a la atmósfera. Estos dos factores definitivamente juegan un papel importante en su éxito.
Como mencionaba antes, eran los millennials los que abandonaban sus membresías en el gimnasio tradicional por clases más caras y modernas en un gimnasio boutique. A pesar de la tarifa más cara, hay razones por las que tanta gente visita pequeños gimnasios especializados para ciclismo, boxeo, bootcamp y mucho más. 3 aspectos simples, pero importantes:
- Disponibilidad limitada
Con una disponibilidad tan limitada, a diferencia de los gimnasios regulares, existen reglas estrictas para la asistencia. Muchos gimnasios boutique requieren tarifas de cancelación o de no presentación. Esto motiva a los registrados a asistir a las clases.
- Mente refrescante
Las rutinas clásicas de correr 45 minutos en una cinta no encaja con la mentalidad millennial. Ahora, ya sea en bicicleta o en un campo de entrenamiento intenso, los usuarios de gimnasios boutique pueden elegir con mucha más variedad.
- Efectividad: costo, compromiso y comunidad
Por muy caras que sean las clases de los gimnasios boutique, ofrecen un valor más alto por cada clase. Como las clases son más pequeñas, el entrenamiento se puede adaptar más a sus expectativas, objetivos personales y ser más personalizado.
Bienvenidos a la nueva realidad
Con el brote de COVID-19, los gobiernos ordenaron que la mayoría de los gimnasios y estudios de fitness cerraran sus puertas en marzo. Al igual que muchos negocios de diferentes industrias, esto los coloca en una posición financiera increíblemente difícil. ¿Deberían seguir cobrando a sus clientes una tarifa de membresía? La mayoría de los gimnasios de gran tamaño como Planet Fitness y Equinox han pausado sus membresías de manera proactiva, mientras que otros permitieron a los clientes congelar sus membresías sin costo alguno.
Para muchos, el impacto financiero será devastador, ya que muchas de estas empresas requieren altos gastos de capital por adelantado, altos alquileres, si se encuentran en ubicaciones exclusivas en ciudades cosmopolitas, además de costos laborales y operativos.
Si bien las sedes están cerradas, muchos de los gimnasios boutique han buscado innovar en formas de interactuar con sus clientes sin reunirse físicamente. Al principio, la mayoría de los gimnasios boutique tomaron la misma opción: limitar la capacidad. En las primeras semanas de COVID, la mayoría ofreció clases de 50% de capacidad y duplicó los procedimientos de saneamiento. Cuando las puertas finalmente se cerraron, muchos gimnasios boutique con fuerte seguimiento en las redes sociales lanzaron entrenamientos por Facebook Live o InstagramTV, aprovechando la colaboración y atracción de sus instructores.
Les permitió retener a sus clientes, y también permitió a los nuevos clientes experimentar y conocer más la esencia de cada gimnasio boutique sin costo alguno.Pero la situación que rodea al COVID-19 es inestable. Los problemas se van presentando de manera rápida e improvista, las soluciones que se adoptan no dan la talla a la magnitud de la realidad. Por más difícil que sea escribirlo, es imposible ocultar esta dura verdad, muchos gimnasios boutique no van a sobrevivir, es más, la situación empeorará antes de mejorar.
En estas aguas desconocidas, nadie puede afirmar que tiene todas las respuestas a los problemas, pero quería compartir con ustedes algunos pensamientos y observaciones para ayudarles a navegar hoy, mañana, y las próximas semanas y meses.