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Un par de semanas atrás, hablamos sobre el futuro de la industria del fitness post-coronavirus, hablamos un poco sobre las tendencias, y de cómo veíamos el futuro de la industria fitness desde nuestro humilde blog. Ahora hablaremos de a quién consideramos, hasta el momento y por lo visto de cara al futuro, es el que realmente tiene mejores probabilidades de ganar en el ámbito del fitness digital: El instructor, y no cualquiera, sino un perfil especial al que llamaremos «FIT – Influencer».

Hay que ser honestos con nosotros mismos, sobre todo si vivimos directa o indirectamente de la industria del fitness. Ya todo cambió, y no volverá a la normalidad, aquellas palabras de aliento que nos damos para motivarnos en el día a día poco pueden hacer con el que al final es el que toma la decisión … «el cliente» y el claro cambio de hábito de consumo que está construyendo durante está crisis sanitaria global que nadie sabe hasta cuando durará. Yo no estoy seguro si esto será temporal o permanente, pero de lo que si estoy seguro y la consultora Mckensey también, es que no seguiremos haciendo las cosas de la misma manera, al menos una buena parte de la población y eso incluye nuestro entrenamiento físico. Y como todo cambio drástico, crisis o revolución, hay perdedores y ganadores. Y está vez me enfocaré de forma extendida en los que personalmente considero tienen mejores posibilidades de éxito en el campo virtual, junto a esta situación y crisis que se nos viene encima, una tendencia que en Fitclass nos percatemos desde él 2018 y es la principal razón que impulsó nuestra existencia en aquel entonces. Hablo de los entrenadores, pero no todos y tampoco cualquier entrenador…


Una de cal y otra de arena

Cuando los gimnasios cerraron y la industria se volvió digital a la fuerza, los entrenadores rápidamente pasaron al entrenamiento en línea, a diferencia de muchos centros deportivos que hasta estas alturas no hacen nada o demoraron mucho en dar alguna alternativa, quizás por burocracia, conflictos de interés o quién sabe. Del mismo modo, las personas llenas de ansias de seguir entrenando comenzaron a seguir las rutinas de sus instructores favoritos, muchos de los cuales podrían haber seguido de antemano y a nuevos perfiles de entusiastas que se asomaban en el mar de transmisiones en redes sociales, lo que indica la voluntad de participar e invertir tiempo en nuevos formatos de entrenamiento. Esto es super importante, si bien gran parte del debate sobre el impacto de COVID-19 en la industria del fitness se ha centrado en si reabrir o no los gimnasios, y si hacer ejercicio en persona puede competir con las opciones digitales, se ha dicho poco sobre el papel del personaje clave en la ecuación: El entrenador.

Hay un panorama general, que muestra al igual que los creadores de vídeo en YouTube «Vloggers», los escritores de blogs «bloggers » y los «podcasters», casi todos independientes y que en todas partes aumentan en número e independencia financiera en otra tendencia llamada passion-work, son muchos entrenadores que se están dando cuenta del hecho de que tienen una parte desproporcionada del valor en el sector tradicional y una muy favorable en el sector digital. Ahora, a medida que cambian los hábitos de consumo y surgen nuevas herramientas digitales, el surgimiento de los entrenadores cómo creadores de contenido podría ser más perjudicial para la industria tradicional que por ejemplo Peloton y su iniciativa disruptiva, llegando a cambiar el status quo que conocemos. Convertirse en entrenadores, con un perfil de creador de contenido, podría llegar a ser un proyecto apasionante con potencial profesional. Pero, hasta hace poco y a pesar de los incansables esfuerzos para los instructores en el ámbito digital, los números no cuadraban para la gran mayoría.

La industria de entrenamiento personal en los Estados Unidos está valorada en $10B. Se estima que hay 370.000 entrenadores en los Estados Unidos. El ingreso medio para un entrenador profesional es de $40,390 anuales o $19.42 la hora hora. En toda la industria, los entrenadores a menudo son contratados como profesionales independientes. En clases grupales, a los instructores se les paga por clase.

Dependiendo del empleador y el acuerdo, a los entrenadores también pueden ganar un bono por asistente o por clases agotadas. Los entrenadores suelen dividir los ingresos de cada sesión con el gimnasio, donde la ganancia del club oscila entre el 50 y el 70%. IHRSA calcula que el costo promedio de una sesión individual de entrenamiento de 60 minutos es de $65, lo que significa que los entrenadores podrían quedarse con menos de $20. Todo esto para el instructor promedio, un salario por hora y poco más. Como en toda industria hay mejores y peores remunerados.

El que no arriesga no gana

En general, a medida que la industria fitness de Estados Unidos aumentó su valoración, superando los $30 mil millones en ingresos para 2019, las oportunidades para los emprendedores crecieron junto a ella. Desde clubes de alta gama como The Orange Theory o Barry’s Bootcamp hasta cadenas Low Cost como Smartfit, los entrenadores tienen una gran demanda. Hay que sumarle también el auge de los gimnasios boutique, los entrenadores talentosos y carismáticos (anotar esto por favor) son muy buscados. Pero, debido a que el equilibrio de poder a menudo no está equilibrado, una gran parte de entrenadores pueden encontrarse parados en lado incorrecto de la historia.

En 2019, por ejemplo, Equinox, CorePower Yoga y YogaWorks aterrizaron en aguas calientes relacionadas con disputas laborales. Es de destacar que los entrenadores personales en Equinox compararon el ambiente laboral con los Juegos del Hambre, alegando que estaban mal pagados y con exceso de trabajo. Más revelador, la compañía tenía una tasa de rotación anual del 50%. Lejos de incidentes aislados, los instructores muy a menudo se ven marginados en términos económicos. Pero las cosas están cambiando…

Cuando el COVID 19 aceleró el camino a la digitalización del fitness y nos obligó a conectarnos más, también aceleró el empoderamiento de los entrenadores de gimnasios y centros boutiques. Como mínimo, la pandemia y sus consecuencias posteriores están recalibrando el equilibrio de poder entre los dueños y los entrenadores. A medida que la economía comienza a reabrirse, y los clientes piensan en hacer ejercicio en persona, hay un grupo de entrenadores que finalmente se ha dado cuenta del valor que tiene su comunidad forjada en redes sociales y ya están ocupados tramando su próximo movimiento.

El entrenador como creador de contenido

Aplicando esta lógica a la industria, las implicaciones son enormes en el ámbito digital. Si ya en el plano físico, los gimnasios ven a sus mejores talentos huir por mejores oportunidades laborales a la competencia o el instructor gana popularidad entre el alumnado y decide «hacer realidad su sueño» y abre su propio centro boutique ( ¿te suena esta tendencia?), ¿qué crees que puede suceder en el entorno digital,? cuando la fricción o barrera para uno mismo monetizar a una audiencia construida es mucho menor a abrir un centro boutique y si se hace bien es hasta más rentable en tiempo y dinero, razón por la cual ya existen herramientas específicas o plataformas especializadas para ellos. Solo el ver que los instructores de Peloton tienen un séquito de seguidores fieles, con grupos de facebook y reddit especializados en ellos, nos confirma aún mas la teoría que en la práctica es bastante obvia, que las personas confiamos y seguimos más a personas que a marcas y es algo que siempre se ha dado y una razón importante del nacimiento y crecimiento de gimnasios boutiques.
Solo es necesario el dar una vuelta por perfiles de instagram, canales de youtube, paginas de facebook…. y darse cuenta de que quienes son los que atraen y retienen más a los consumidores digitales, ¿los creadores de contenido o las marcas? Sí como usuario de un centro físico, me iba del mismo si mi entrenador preferido se iba, que puede pasar cuando ahora estoy a un clic o tap de distancia. El valor de haber Construido una marca personal o empezar hacerla ahora claramente beneficia mas a los entrenadores y esto puede eclipsar a las marcas sacudiendo la jerarquía actual en el ámbito virtual.

Durante la migración forzada a lo digital, los entrenadores probaron y pivotearon soluciones temporales utilizando plataformas destinadas para otros fines. Desde la producción de contenido hasta la distribución y adquisición de clientes, retención, pagos y gestión comunitaria, muchas soluciones y procesos, normales a usar en la adopción de un mercado distinto al acostumbrado, adicional que la mayoría de plataformas buscan dar soluciones de digitalización de forma apresurada al mercado ya existente de gimnasios y/o centros de entrenamiento físicos, pero algunos se olvidan de quien en el sector digital tiene en realidad una mejor baraja, los creadores de contenido fitness: FIT – Influencer.

¿Qué distingue a un entrenador creador de contenido fitness de un entrenador fitness? En que el primero tiene o está forjando una comunidad de personas en redes sociales alrededor de él y es un instructor deportivo, con un contenido enfocado al tema, a diferencia de solo instructores que no se preocuparon por crear su audiencia, lo bueno es que estos últimos también pueden hacerla. Aún así no todo es perfecto, desde ACE y NASM hasta muchos otros, los aspirantes a entrenadores simplemente compran un libro y toman un examen. Sin mencionar cómo administrar un negocio o capacitar clientes en el siglo XXI, el certificado es simplemente una casilla de verificación. Así que como usuario habrá que saber guiarse de la mejor manera ya que habrán heridos en la salida al campo de early adopters forzados que empiezan por seguir un video de youtube de algún influencer, sin tomar en cuenta su salud y situación particular. Si ya en el terreno físico hay probabilidades de lesión con un especialista al costado, que será a bytes de distancia. Tenga en cuenta: existe una gran oportunidad para innovar en educación física.

Marketing: Factor clave

Aún con todo esto, hay cambios y los gimnasios como los conocemos siguen perdiendo peso en el centro del ecosistema de la industria fitness. Las compañías de fitness online como Peloton y Tonal pueden ampliar sus puntos de contacto en persona y escalar mucho más rápido que una cadena de GYMS en el mercado global. Conceptos como Camp Gladiator llevarán ejercicios al aire libre. Los espacios de acondicionamiento físico compartidos como WE11, un gimnasio y una sala de trabajo compartido para “entrenadores independiente” ganarán seguidores. Mientras tanto, se unen a las filas de repensar su modelo de negocio, junto a los viejos gimnasios de «fierros» existentes, la mayor cantidad de centros que no han trabajado el pilar el cual se podría decir es el mas importante para emprender por internet, el Marketing Digital, asignatura que ya sea por casualidad, conocimiento pleno o simple hobby, muchos instructores parecen haber puesto en práctica ganando terreno en un campo donde las probabilidades están a su favor. ¿Quiere decir esto que los centros no tienen oportunidad? No, solo que deben entender que la forma de trabajar en digital cambia y por el momento no son los que mejor preparados se encontraban hablando en términos generales.

Sin duda, los «Entrenadores-influencers» del fitness no son nada nuevos. Así como los productos de información, como las guías de entrenamiento en PDF que cuestan diez centavos por docena. Pero una convergencia de factores, incluidos los avances tecnológicos, un cambio en los hábitos de consumo y una de las peores crisis económicas de los últimos 100 años a la vuelta de la esquina, está dando lugar a una nueva ola de entrenadores creadores de contenido fitness que no necesitan super ediciones, campañas costosas, ni miles de seguidores para trabajar y vivir de ello económicamente, a diferencia de Patreon, un tema que profundizaremos más en otra entrega, y ya cuentan con la herramienta básica y profesional a la ves para empezar desde el minuto uno… «su smarthpone».

Todo esto es algo que estamos viendo en primera fila al trabajar mano a mano con varios desde mediados del 2019, consiguiendo objetivos para algunos de ensueño que terminan en frases cómo: «No sabía que podía lograr estos resultados, definitivamente lo digital es el futuro», corrección, no es el futuro, es el presente.

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